El principio del fin de la Segunda Guerra Mundial que supuso el célebre Día D, cuyo aniversario se conmemoró hace poco, tuvo su comienzo para EEUU el 7 de diciembre de 1941 en el hoy turístico archipiélago hawaiano. Fue el conocido como Día de la infamia, al ataque japonés a Pearl Harbor que determinó la entrada del país en el conflicto a favor de los aliados.

No voy a contarles ahora la historia de aquella incursión aérea de las escuadrillas niponas porque, entre otras cosas, ya lo hice en otro post, el dedicado al acorazado USS Arizona. Este buque permanece hundido en la bahía y sobre él se ha construido un memorial, por lo que se ha convertido en un atractivo más para visitar la isla junto a las visitas guiadas al USS Missouri, que aún no sería botado hasta 1944 pero que llegó a tiempo para que en su cubierta se firmase la rendición oficial del Japón, siendo hoy un buque museo.

Pero del centenar de barcos que de una manera u otra estuvieron implicados en lo de Pearl Harbor sólo queda uno a flote, el «último superviviente» como suele llamárselo. Y, por supuesto, también ha cambiado su servicio militar por el turístico, sólo que no en Hawai sino en el puerto de Baltimore. Se llama USCGC Taney.

Las siglas que preceden a su nombre significan Cúter de la Guardia Costera de EEUU, por lo que se puede deducir que su misión era vigilar las aguas en previsión de un ataque. Botado en 1930 junto a otras siete unidades de su tipo, se lo destinó a Honolulú y después a Oahu, donde estaba parte de la base de la flota del Pacífico. El Taney sobrevivió a los japoneses y pudo seguir de servicio realizando patrullas antisubmarinas en los alrededores de Hawai, aunque también colaboró en la escolta de convoyes.

En 1944, tras someterse a una reforma, se trasladó a operar en el océano Atlántico para seguir en ese tipo de misión. Pero luego regresó al Pacífico donde, otra vez remodelado para pasar a ser buque anfibio, participó en la toma de Okinawa derribando varios kamikazes antes de que lograran estrellarse contra sus objetivos.

Al acabar la guerra, el Taney, que era conocido popularmente como la Reina del Pacífico, se dedicó a labores metereológicas y rescate de náufragos hasta 1972, aunque antes aún tuvo tiempo de volver a combatir en Vietnam mediante bombardeos de apoyo y asistencia médica a civiles vietnamitas heridos. Luego siguió en activo como patrullero antidroga y como buque escuela hasta su retiro en 1986.

Anclado en el puerto virginiano de Portsmouth junto al USS Torsk y el buque-faro 116, fue donado a la ciudad de Baltimore como museo flotante. Hoy es Monumento histórico Nacional y se puede hacer un recorrido por la mayor parte de sus dependencias, las mismas en las que sus sucesivas tripulaciones combatieron y sirvieron. Así que si visitan esa urbe ya tienen otro punto de interés que sumar a la Casa-museo de Edgar Allan Poe, de la que también hablamos en otro post.

Más información: HNSA

Foto: Joe Ravi en Wikimedia

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