Hace unos días, 41 años después de que ocurriera, por fin han salido a la luz las fotos. En junio de 1969 las famosas e icónicas Cataratas del Niágara se quedaron sin agua, presentando un aspecto realmente fantasmal, como una futurista y distópica película de ciencia-ficción. Eso sí, solo la parte estadounidense.

Pero no fue debido a ningún accidente ni catástrofe natural. Ese mes ingenieros norteamericanos desviaron el curso del río hacia la parte canadiense de las cascadas para acometer la limpieza de la base de las cataratas, cada vez más llena de rocas arrastradas por la corriente.

Al final no se completó todo el plan, pero las cataratas estuvieron secas durante varios meses, hasta que en noviembre de ese mismo año retornaron las aguas a su cauce y seis millones de toneladas de agua volvieron a caer cada minuto por el monumento natural.


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